Cómo orientarse sin brújula

Si nos hemos olvidado la brújula, el mapa y demás objetos útiles para la orientación, deberíamos conocer algunos recursos para orientarnos. A menudo, la solución es tan sencilla como pararnos a observar nuestro entorno. Pero, ¿en qué detalles nos podemos fijar?

 

 

En los árboles, seguramente, el recurso más recurrente.

Fijaos en el tronco y observad dónde crece el musgo. Este vegetal necesita sombra y humedad, lo que significa que lo encontraremos creciendo de cara al norte.

Otra opción, en caso que encontremos árboles talados, es fijarnos en sus anillos de crecimiento, los cuales suelen estar más juntos al lado que le da menos el sol: el norte.

Las placas solares no sólo son funcionales para generar energía, también son útiles para indicarnos dónde está el sur.

Cada vez más, encontramos placas fotovoltaicas al lado de carreteras y antiguos campos de cultivo. Estos paneles, normalmente, se construyen de cara al sur para aprovechar más horas de sol.

¿Y qué tal si nos fijamos en iglesias y ermitas?

Estos edificios cristianos se solían construir de forma que el altar quedara señalando al este, punto cardinal por el que sale el sol.

Además, siempre vendrá bien fijarnos en el cielo, ya sea de día o de noche.

En caso que sea de día, debemos saber que el sol sale por el este y se pone por el oeste.

Y si es de noche, tendremos que observar la luna.

Cuando se encuentra en fase creciente (forma de “D”), los cuernos apuntan al este, mientras que durante el período menguante, (forma de “C”), estos apuntan al oeste.

De todas formas, conocer estos trucos no os libra de ir equipados cuando salís a la montaña.

La mejor forma de no perderse, es ir bien equipado de material y conocimiento.

Fuente: scouts.es

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